Aprender de programación, no solo ayuda a los estudiantes a crear sus propias aplicaciones o incluso video juegos, sino que también, les incrementa su capacidad para resolver problemas, y además desarrollar las habilidades lógicas, sobre todo la creatividad.
Más de 130 instituciones participaron de la actividad con cifras que triplicaron la meta propuesta del año anterior y potenciaron la idea de que los niños de Chile deben aprender a crear tecnología.
Según los datos internacionales de cierre, Chile fue el país que más sesiones tuvo en la plataforma, después de USA.